lunes, 4 de noviembre de 2019

Mundial de rugby: los 9 impactos de un torneo inolvidable en todos los niveles

En las tribunas: un protagonista de uno de los mundiales más coloridos
El mundial de rugby Japón 2019 se convirtió en un éxito de organización, asistencia de público y efusividad en las tribunas. Aquí, un recorrido por lo que dejó este certamen inolvidable, en nueve momentos clave.

Una imagen repetida

Cada 12 años, la imagen se repite: el capitán de Sudáfrica levanta la Webb Ellis Cup. No importa el continente, no importa el contexto. Ocurrió en 1995, cuando Francois Pienaar recibió el trofeo de manos de Nelson Mandela en el Ellis Park de Johannesburgo, el símbolo más emblemático en la historia del Mundial de Rugby, que trascendió por mucho las fronteras del deporte. En 2007, en el Stade de France de París, los Springboks se coronaron en el Stade de France de París. Esta vez fue Asia la tierra que los vio llegar a lo más alto. Como en 1995, el N°6 levantó la copa. Como en 2007, la víctima fue Inglaterra: un aplastante 32-12 en el International Stadium Yokohama. Siempre respetando su estilo de juego dentro de la cancha, siempre como símbolo de unidad de un pueblo fragmentado unido por el rugby
Sudafrica ganó el mundial en Japón

El fin de la hegemonía

El 19-7 de Inglaterra sobre Nueva Zelanda en las semifinales resultó el mejor partido del Mundial. Nunca, en los últimos ocho años, en los que reinaron de manera casi absoluta, los All Blacks habían sido dominados de manera tan contundente. No hubo muchos tries ni jugadas lucidas, pero la lección que dio el equipo de Eddie Jones en materia de presión e intensidad defensiva, efectividad en ataque y templanza en los minutos finales alcanza para inscribirla entre los partidos más significativos en la historia del certamen. Una victoria que terminó con el reinado de dos Mundiales de los neozelandeses, pero que los ingleses no pudieron revalidar en la final.

Un nuevo protagonista

Lo que había insinuado en 2015 al vencer a Sudáfrica lo ratificó con creces en su Mundial. El local Japón resultó la mayor sorpresa del certamen: derrotó a Irlanda y Escocia y accedió por primera vez a los cuartos de final, lo que le valió entrar al mundo grande del rugby. Un impacto inferior en materia deportiva al de la Argentina en 2007, pero que se equipara gracias al poderío económico de Japón. Ya se habla de un posible ingreso al Rugby Championship para 2021 y sus rivales en los test matches de 2020, según trascendió, serán Inglaterra, Francia y Escocia (dos partidos cada uno).
El público de Japón: el seleccionado local fue la gran sorpresa del Mundial

Los Pumas: la gran decepción

La derrota 23-21 en el debut ante Francia en Tokyo marcó el destino de los Pumas en Japón 2019. Una caída producto de una mala actuación en el primer tiempo que dejó traslucir cortocircuitos en el seno del equipo y que provocó un malestar que se mantuvo en los partidos ante Tonga (pese a la victoria) e Inglaterra (inapelable derrota). La Argentina no pudo capitalizar un plantel virtuoso ni el crecimiento que adquirió en cuatro años de Súper Rugby (incluida la reciente final) y se quedó afuera de los ocho mejores por segunda vez en los últimos seis mundiales. Otra decepción fue Irlanda, que llegaba como candidata pero se dejó sorprender por Japón en la zona y no fue oposición para los All Blacks en los cuartos de final. Sigue sin meterse entres los cuatro primeros.
Marcos Kremer y Tomas Cubelli lamentan la derrota de Los Pumas

La polémica por las tarjetas

Francia estaba dando el golpe en los cuartos de final hasta que el segunda línea Sébastien Vahaamahina fue expulsado al inicio del segundo tiempo y Gales pasó del 10-19 al 20-19, para meterse entre los cuatro mejores. El artero codazo del segunda línea no admite discusión, pero es elocuente de cuán decisivo puede ser jugar con uno menos. Así como esta roja fue justa, hubo otras muy discutibles, así como acciones similares que no fueron sancionadas con la misma dureza (el topetazo de Reece Hodge ante Peceli Yato en Australia-Fiji, por ejemplo). Las ocho tarjetas rojas en total duplican el máximo que se había registrado en los Mundiales hasta aquí: cuatro en 1995 y 1999. Además hubo 28 tarjetas amarillas, seis de ellas para Samoa, el equipo más sancionado.

Uruguay, la revelación

La victoria de Uruguay ante Fiji, en la presentación de los Teros, fue el resultado más resonante de un equipo de tercer nivel. El triunfo ante el entonces N°8 del ranking mundial, que venía de jugarle de igual a igual a los Wallabies, es la más importante de los orientales en su corta historia mundialista. No pudo repetir ante Georgia, donde pagó un descanso de solo tres días, pero se despidió con actuaciones dignas ante Australia y Gales. Una participación en la que el entrenador argentino Esteban Meneses logró el objetivo de meter a Uruguay en el mapa del rugby mundial y que le valió el ingreso al consejo de World Rugby. Uno de los países de mayor crecimiento en los últimos ocho años.
Inglaterra, de nuevo protagonista: la Rosa sorprendió a los All Blacks, pero no pudo con los Boks

Resultados de escritorio

Por primera vez en 32 años de historia mundialista hubo partidos que no se pudieron disputar y se resolvieron por reglamento. El tifón Hagibis hizo de las suyas y obligó a la suspensión de tres partidos. Así, Italia se quedó sin la posibilidad de buscar el pase a cuartos de final ante Nueva Zelanda; Namibia se quedó con las ganas de alcanzar su primera victoria en 22 partidos en siete participaciones mundialistas y Francia no pudo luchar por el primer lugar en el grupo ante Inglaterra, aunque ambos se ahorraron un desgaste importante de cara a cuartos de final. Una situación que estaba latente. World Rugby podría haber hecho un mayor esfuerzo para prever la posibilidad de reprogramar los partidos.

El try de TJ Perenara

Pases largos, quiebres defensivos, off-loads, una zambullida acrobática. Todo eso tuvo el try del neozelandés TJ Perenara en el partido ante Namibia, elegido el mejor del año. Japón 2019 tuvo muchas acciones lucidas y muchos partidos emocionantes, aunque cuando llegaron los partidos en serio, de cuartos de final en adelante, prevalecieron las defensas, la especulación y el pragmatismo. Un pequeño retroceso en cuanto a la vistosidad del juego respecto a esplendor de Inglaterra 2015, y así y todo un espectáculo atrapante.

La vara quedó alta

Fuera de la cancha, el éxito de Japón 2019 fue total. La pretensión de World Rugby de expandir el deporte a nuevas latitudes con la realización del certamen por primera vez fuera de los países centrales del mundo ovalado resultó, a primera vista, exitosa. Cuanto menos, abonó el terreno y sembró una semilla que ahora deberá cultivar para obtener frutos redituables a largo plazo. El éxito del seleccionado japonés sin dudas abonó esta apuesta. Los números son elocuentes: 99,3% de los tickets fueron vendidos y la asistencia total llegó a 1,84 millones de espectadores; 54,8 millones de espectadores vieron al local vencer a Escocia y alcanzar los cuartos de final, el show televisivo más visto en la historia de Japón; el impacto económico resultó de 437.000 millones de yenes (unos 4.000 millones de dólares). Todos récords para los nueve mundiales. Además, hubo la nada despreciable suma de 400.000 turistas, elevadísima considerando la distancia de Japón con el mundo occidental.
FUENTE LA NACION

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